Durante las últimas jornadas de negociación los representantes oficialistas y opositores concretaron los primeros puntos de acuerdo para sentar un nuevo proceso constituyente. Las definiciones no son oficiales para el texto, como han recalcado los colectivos, ya que falta el mecanismo, las bases institucionales y un itinerario claro. Sin embargo, muestran un avance en las crispadas reuniones entre las fuerzas políticas.
Recordemos que tan solo algunos días posterior al Rechazo sobre la propuesta de la Convención Constitucional, los líderes políticos se reunieron para comenzar a negociar cómo se redactará una nueva Carta Magna. A pesar de los veloces intentos por concretar una resolución, la negociación se ha visto complicada por el choque de ideas.
También las fuerzas políticas del acuerdo se han visto modificadas. El Gobierno salió de las conversaciones sobre contenido, pero se mantiene como acompañante del proceso. Además, el Partido Republicano se restó de las negociaciones, ya que buscaban una Carta Magna hecha por el Congreso, y se integró un representante de Amarillos por Chile.
Puntos de concordancia
Hace unas semanas tanto la izquierda (desde el PC hasta la DC) como la derecha (Chile Vamos) presentaron sus lineamientos para la nueva Constitución. Ambas propuestas tienen condiciones diferentes, principalmente porque el oficialismo se centró más en la estructura y la oposición en el contenido. No obstante, sí existen puntos similares.
Algunos de estos son recogidos en este acuerdo preliminar, como la implementación de una República democrática y un Estado unitario. Asismismo, ambas partes habían defendido el mantenimiento de los 3 poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, que se definen como «separados e independientes entre sí».
Asimismo, ambas partes defendieron en sus propuestas algunos derechos fundamentales, que se agregan a esta lista. Hablamos de la igualdad ante la ley, el derecho de propiedad (se agregó «en sus diversas manifestaciones»), y el cuidado del medioambiente y su biodiversidad. En este punto, se agregó el derecho a la vida a la consciencia y libertad de culto, como también la libertad de enseñanza (con preferencia de decisión en las familias), así como los derechos de niños, niñas y adolescentes de acuerdo a su interés superior.
Por otra parte, se incluyen como emblemas nacionales la bandera, el escudo y el himno nacional. Esto había sido propuesto por la izquierda en consonancia de las demandas de la oposición por mantener los símbolos patrios durante la Convención Constitucional.
Acuerdo para un nuevo proceso constituyente
También se llegaron a acuerdos que no estaban contemplados en ninguna declaración. Por ejemplo, se reconoce a los pueblos indígenas, respetando y promoviendo su cultura. Esto se aleja de la Plurinacionalidad propuesta por la Convención, y no se menciona la incorporación de los escaños reservados.
Además se consagra que «la soberanía tiene como límite la dignidad de la persona humana y los derechos humanos reconocidos en los tratados internacionales ratificados por el Estado de Chile». Agregando que el terrorismo es por esencia contrario a los DDHH.
Asimismo, se define un Estado social y democrático de derecho, o sea, siendo responsable de proteger el bienestar social de la ciudadanía. Esto cambiaría el rol subsidario que contempla la actual constitución, aunque agrega que «reconoce derechos y libertades fundamentales«.
Por su parte, se definen al Banco Central, la justicia electoral y constitucional, el Ministerio Público y la Contraloría General de la República como órganos autónomos. Y se consagra constitucionalmente- con subordinación al poder civil- las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad, mencionando directamente a Carabineros (a diferencia de la propuesta de la Convención).
Finalmente, se definen en las bases 4 estados de excepeción constitucional; estado de catástrofe, de sitio, de emergencia y de asamblea.